Crédito: Tualatin Soil and Water Conservation District
El carrizo es originario de regiones templadas de Europa, Asia y Norteamérica. Sin embargo, no es originario de la cuenca del río Tualatin. Se importó para pastos y control de la erosión, lo que contribuyó a su presencia generalizada en la cuenca. Se identifica por sus tallos altos con hojas finas, planas y ásperas y por sus densas cabezas florales. A diferencia de las gramíneas autóctonas, tiene una membrana grande y visible (lígula) donde la lámina de la hoja se une al tallo. El carrizo crece en densas matas que pueden apoderarse de los ecosistemas de humedales y riberas, dañando la biodiversidad y reduciendo el hábitat de especies animales y vegetales autóctonas. Se propaga rápidamente, lo que la convierte en una de las plantas invasoras más impactantes y difíciles de controlar.